miércoles, 8 de junio de 2016

Un viernes de abril


Un viernes de abril

Un viernes de  abril

Debí arrancarte la ropa en aquella fiesta,
lo pedía tu mirada con fiereza
los dos llevábamos dragones enjaulados
retorciéndose dentro de nosotros
disfrazando nuestros cuerpos con el ritmo de la música,
bestias enjauladas que querían volar libres

Que caótico; las luces, la música, el olor del perfume mezclado con sudor
las risas que alcanzábamos a diferenciar, el sabor de tus labios
tus ojos claros tornándose oscuros cuando me mirabas
mi risa nerviosa y otra vez el sabor de tus labios
nunca la ley de la atracción fue tan evidente,
nos conocimos un viernes, era una noche calurosa
fue el preludio  de muchos viernes más,  a los que volvimos calurosos
terminamos por olvidar el significado de vergüenza o timidez

Era tanta pasión que en ocasiones lo confundimos con amor
pero lo arreglábamos devorándonos la piel
es la unión perfecta, cuando se mezcla amistad y lujuria
cuando se mezcla mi risa con tu lengua
tu respiración con mis latidos
cuando mi piel reconoce tu mano al sentirla
la representación pura de la juventud
libre, sin prejuicios, apasionada
cuando una sola mirada basta para encender la piel y el alma.